miércoles, 11 de enero de 2012

El ajedrez de los partidos políticos.

Por Mariano Osuna

Lejos queda el escenario político del 2001 donde organismos financieros, económicos y comerciales gobernaban el país con complicidad del duhaldismo. En la memoria sobreviven aquellas fotografías donde esos organismos imponían a De Narvaez como la referencia a la nueva política exacerbando como recorte dogmático el superclásico imaginario gobierno-campo.
El 2012 comienza con un nuevo tablero donde el oficialismo cuenta con una mayoría sustantiva y donde no se visibiliza definida una segunda fuerza política.

El peronismo: ¿Cooke o Menem?
El escenario dentro del peronismo previo a las elecciones de octubre se resume en la antinomia Kirchnerismo- Antikirchnerismo: el primero se ha construido como una fuerza policlasista y frentista de centro-izquierda nacional; mientras que el segundo se ha presentado como una fuerza conservadora  aliada al "justicialismo" de los organismos financieros internacionales y de las corporaciones agromediáticas.
Luego de las elecciones y de la contundente victoria de la actual presidenta, aquél sector del peronismo antikirchnerista se ha ido deshilachando. La agonía de este espacio ha dejado como saldo dirigentes sumados al PRO, otros regresando a dialogar con el PJ y algunos formando un armado legiuslativo sin identidad ideológica  y con una sola convicción en común: "el espanto K". ¿y Duhalde? Bien, gracias...
Con respecto al Frente Para la Victoria se observan tres ejes de discusión para los tiempos venideros: en primer lugar, analizar como institucionalizar el proyecto político que viene gobernando estos 8 años en una herramienta electoral amplia, abarcativa, nacional, popular, latinoamericana y transformadora (ejemplos son que no todos los PJ provinciales son Kirchneristas y que existen otras fuerzas políticas y sociales que conforman el arco político oficialista que no están contenidas por el PJ). En segundo término es menester definir el campo identitario que represente al apoyo social recibido. Por último es preciso señalar que la sucesión de Cristina no es un dato menor ni inoportuno.
En este sentido, pensar el campo identitario de manera colectiva, institucionalizarlo en una herramienta electoral y seguir formando cuadros en todas las áreas son los grandes desafíos del oficialismo.

Frente Amplio Progresista ¿Socialdemocracia o Unión Democrática?
Aquél improvisado acuerdo político entre Juez, Stolbizer, Binner y Donda se ha convertido en la segunda fuerza política . Muchos de estos referentes se han posicionado de manera opuesta frente a los diferentes proyectos de leyes. Los desafíos políticos de esta fuerza de centro-izquierda antiperonista son: transformar los acuerdos personalistas en un consenso entre espacios con identidades ideológicas similares, capitalizar el caudal de votos recibidos y transformarlo en propuestas políticas, y construir este frente en una opción real y sustantiva que evite ser una simple trinchera de intelectuales antinacionales disfrazados de progresistas.

PRO ¿Un nuevo gran cuñado?
Esta Fuerza política viene a ocupar un espacio carente de renovación hace más de una década: la centro-derecha liberal no nacionalista.
Mauricio Macri es la apuesta más fuerte de las corporaciones agromediáticas y financieras para las elecciones del 2015 y su imposición en los medios masivos de comunicación como candidato es el gran objetivo.
Carente de propuestas políticas, el PRO es mostrado como una renovación que en realidad conocemos muy bien... es que la derecha no siempre se muestra con las mismas armas...

Radicalismo ¿Irigoyen o Alvear?
Luego de lo ocurrido con De la Rúa, esta fuerza política se ha dividido en diferentes expresiones que han intentado reconstruir ese espacio que supo (en otras épocas) estar a la altura de los acontecimientos. El Kirchnerismo, la resolución 125, las elecciones del 2009 y las alianzas televisivas con De Narvaez han agudizado la crisis.
Se puede, de esta forma, diferenciar tres expresiones que se asumen como radicales (la primera fuera de la UCR, y las otras dos por dentro de las estructuras partidarias): por un lado se encuentra Concertación Forja como línea histórica que retoma al Irigoyenismo, al Forjismo y al Alfonsinismo y respalda el proyecto que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. Concertación anhela transformarse en una propuesta nacional de centro-izquierda que se diferencie del consercadurismo actual de la UCR.
Por dentro de las estructuras partidarias, se observa el sector que encabezan Moreau a través del MODESO y Storani. Esta línea de centro plantea construir desde la autocrítica una discusión de identidad.
Por último, se encuentra la misma propuesta de estos últimos 20 años con diferentes nombres: es decir la centro derecha conservadora, hoy dirigida por Barletta- Benedetti.

Otros espacios: De Altamira a Pino Solanas. ¿y Carrió?
No es posible olvidarse de las eternas propuestas de izquierdas internacionales que han valorado siempre lo ajeno y que desde un pedestal han mostrado sus purezas políticas y han denigrado a todos los dirigentes políticos. Estos sectores son los que han tildado a Irigoyen como un tirano, a Perón como un fascista burgués y a los militantes de la resistencia como bandidos. Son los mismos que nunca han leído la realidad bajo los lentes de Cooke, Scalabrini Ortiz, Jauretche, Puiggrós y Arregui. Son aquellos que en lugar de pensar lo nuestro desde lo nuestro, sólo han repetido citas de Marx en lugar de usar sus conceptos como herramientas para pensar nuestra sociedad latinoamericana.
Por último, es una incógnita saber el nuevo camino de la Coalición Cívica- ARI, aquel espacio político que ha logrado ser la segunda fuerza política en el 2007 y que ha respaldado la derogación de las leyes de la impunidad (obediencia debida e indultos), pero que ha culminado defendiendo a Biolcati, Noble y Magnetto. Sin carrió y sin la ex ministra Bullrich, la Coalición intenta volver a ser aquella fuerza de centro izquierda socialdemocrata que ha dejado en manos de Binner para convertirse en una alternativa reaccionaria de centro-derecha.

7 comentarios:

Adrián Corbella dijo...

Me gustó y lo publiqué en mi blog. Espero que no les moleste

http://adriancorbella.blogspot.com/2012/01/el-ajedrez-de-los-partidos-politicos.html

Anónimo dijo...

muy buen análisis. Felicitaciones!
Creo que el tema del PJ es preocupante en las provincias. Soy de San Luis y vivimos la realidad de no tener esa representación de Cristina en el partido aca!
MARIA TERESA.

Discípulos de Cooke dijo...

Adrián al contrario, te agradecemos la difusión y te invitamos a hacerte miembros! saludos!

Adrián Corbella dijo...

Ya estoy como "miembro" ... Soy el de la cara de Dorrego ...

Anónimo dijo...

Creo que justamente la pregunta entre Menem o Cooke es la base para discutir con frialdad, concentracion y amplitud los nuevos destinos de este proyecto para seguir forjando la patria!

Carlos Areidnt
54 años

angel dijo...

El peronismo sera revolucionario o no sera nada. En los 70 nos costo esta frase plasmarla en unidad, no repitamos la historia y evaluamos el verdadero enemigo. El enemigo no es Scioli, gioja, etc, son otros. Sepamos ser pacientes en la conquista de la patria!

Facundo Matos dijo...

Muy buen repaso. Para mi hoy la profundización es: encontrar la forma de que los cambios que estamos llevando a cabo no queden en nada si en 2015 gana algun opositor, generar cuadros políticos para ganar en 2015, una reforma agraria, la purgación de las figuras oportunistas que se encuentran en las filas del kirchnerismo pero que no acompañan a pleno el modelo y el autoabastecimiento –parcial al menos- de las economías latinoamericanas en su conjunto. En fin, coincido con Cooke y Evita: el peronismo tiene que llevar a la revolución.

Yo creía como vos eso de separar a Binner de Pino o Altamira, pero hoy estoy más cerca de juntarlos bajo eso que decís (y decía excelentemenete Jauretche) de nuestra izquierda con la mira puesta fuera del país. Nunca van a entender al peronismo.

Muy bueno che, saludos!
www.visto-desde-el-sur.blogspot.com