Todos sabemos que tití y Benedetto tienen gusto a Torneos por presente y por pasado. Están en Fox, trabajan con canal 13 y acompañaron durante años a Araujo junto a Enrique "en consecuencia" Macaya Marquez en aquel programa/buque insignia de la expropiación del fútbol que se guardaba la exclusividad de los goles: Futbol de primera. La decepción enorme por verlos en la pantalla pública llega de la mano de una decepción anterior. Y esto es: haber tenido que aceptar el regreso de Araujo a nuestra cotidianeidad.
De nuevo, tiene que ver con una continuidad. ¿Por qué él y no otro? ¿Porque le hizo un juicio a Torneos? ¿Porque, en este momento particular, es enemigo de los enemigos del Gobierno? ¿Para clavarle una espina al rival? Bueno, quiero aclarar que todos sufrimos, cada fin de semana, la escasez de aptitud de esa revancha. No conozco a nadie, pero a nadie que esté contento con los relatos de Araujo. Y tiene lógica. Es imposible tomarle simpatía al único relator del mundo que, en lugar de facilitar el seguimiento de un partido, lo dificulta. Sus gritos, sus insultos, sus frases por lo bajo, sus conversaciones apócrifas por teléfono celular (¿Quién lo convenció de que hacer sonar un ring tone en medio del juego para simular una conversación con un DT es gracioso ?), sus diatribas reglamentarias de un reglamento que desconoce... Todo eso lo hace básicamente insoportable.
Lo peor, claramente, es su ineptitud para nombrar al jugador correcto en el momento en que éste toca la pelota. Lo lamento, Araujo, pero alguien tenía que decirlo. Si Araujo nombra a Sosa, usted quédese tranquilo: la pelota la tiene cualquiera, menos Sosa. Si, en cambio, Araujo arranca con una de sus digresiones para ganar tiempo ("allí la pelota queda en los pies del defensor central de Banfield que usa el número seis en la espalda y se llama..."), entonces sepa que el hombre tuvo tiempo suficiente como para reconocer al jugador en cuestión. Pero incluso cuando los reconoce se manda alguna macana. Citemos, brevemente el caso del duelo entre Argentina y España. Además de decirle "Javi" a Xavi Alonso durante todo el partido, las primeras tres o cuatro veces que Arbeloa intervino en el juego, el relator nombró a Arbolea. No sería grave si no evidenciara un desconocimiento absoluto de las Ligas Europeas por parte de un señor que vive y come gracias al fútbol.
Hace poco, Araujo, inventó otro recurso para llegar a tiempo con la descripción de las acciones sin faltar a la realidad. Se trata, sencillamente, de un grito de este modelo: "el once, el onceeeeeee!!". El once vendría a ser el jugador que usa la casaca número once de un equipo, y el grito tiene que ver con el apuro: el relator tiene que nombrarlo y ve el número en su camiseta, pero no sabe quién es. Araujo suele utilizarlo en las acciones de riesgo, porque si una jugada llega a terminar en gol, su falta de puntería con los apellidos queda más en evidencia (sucede a menudo que un futbolista que no es el que él nombro sale a festejar su tanto).
A eso le podríamos sumar el basureo constante de sus laderos (pareceróa que insistió en sumar a Tití y Benedetto para ningunearlos al aire).
¿Qué se pide de un relator? Qué diga los apellidos de los jugadores. Nada más. Sin personalismos, sin opiniones desmedidas. Quizá, se podría agregar, que le guste el fútbol. Rodolfo de Paoli, Gustavo Kuffner o Jorge Barril cumplen con su tarea sin estridencias. No son relatores memorables, pero tampoco están tan mal. Y además cumplen con una condición fundamental: son algo nuevo. Oxigenan la tan estancada estructura piramidal futbolística que vive alimentada por los mismos nombres de siempre.
Ahora bien, ¿cuál es la alternativa? Apo no puede evitar ser demasiado radial. Roberto Perfumo entiende el juego, pero no conoce a muchos futbolistas y suele referirse a ellos como el "pibe este".
¿Qué pasó con la época en la que se generaban famosos desde un semillero?. Diego Latorre cumplió una labor excelente durante el Mundial en sus comentarios para la TV Pública. ¿Sería tan dificil sumarlo a un equipo de FPT? Hace rato que no escucho hablar de Fernando Pacini como una operación televisiva ¿No es llamativo que nadie se acuerde de uno de los mejores comentaristas que tiene el país? Es cierto que estuvo en Fútbol de Primera, pero eso no lo hace menos valioso. Lo mismo podría decir de Juan Pablo Varsky. ¿Y que me dicen de alguien un poco más joven? Ariel Senosiain, por ejemplo, un muchacho que hace sus armas comentando en La Red y que tiene todas las herramientas para crecer si le dan una oportunidad. ¿Les parece demasiado arriesgado? Bueno, pensemos en Miguel Simón, el hombre de ESPN que entrega dato tras dato cuando relata cualquier deporte. O en el Ruso Verea. Son profesionales que aportan conceptos. Que muestran algo allí donde podría ignorarlo el ojo poco entrenado. Que se aleja de la obviedades de siempre para mostrar algo más. Que hacen docencia.
Hay muchos candidatos, pero la tónica para descubrirlos debe ser distinta a la que se viene utilizando. La fantasía marca que si uno busca lo conocido, lo tradicional, lo comprobado, obtendrá un producto amable al que el público "está acostumbrado". Bueno, la realidad marca que el público no se acostumbra a Araujo, ni a Torneos ni a Clarín. Y aún cuando existen méritos reales en estos campos (se podría decir, por ejemplo, que Pablo Girarlt es muy buen relator), lo ideal sería que el nuevo futbol post monopolio fuera realmente nuevo. Que exista una renovación real, una pluralidad de voces. Que renazca el amor por el deporte, algo que parece muerto desde las quejas constantes de los periodistas a los que le toca ir a la cancha.
Que se venga lo nuevo, en serio. Hace un poco más de un año que lo estamos esperando. Ya no tengan miedo: siempre se puede acostumbrar al público un producto mejor
Por Pablo Cheb Terrab
2 comentarios:
impresionante muy bueno el blog
Totalmente de acuerdo, el FPT fue una gran medida del gobierno, lástima Araujo y JR... celebro la entrada del chavo fucks o closs, que vaya a saber su orientación política pero son buenos en lo que hacen.
www.visto-desde-el-sur.blogspot.com
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