miércoles, 23 de noviembre de 2011

“EL DÍA DE LA SOBERANÍA NACIONAL COMO EVOCACIÓN AL ESPECTRO FANTASMAL DE DON JUAN MANUEL.”

“Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para que, sacudiendo el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un noble pueblo. Tú posees el secreto, ¡revélanoslo!” (Facundo-Sarmiento).

En fechas como las del 20 de noviembre o el 3 de febrero pareciera que el espectro fantasmal de Don Juan Manuel de Rosas hace su recorrido nocturno para horrorizar a los espíritus liberales que han tratado –ahora con menos éxito- de borrarlo de nuestra historia nacional.

Propongo en esta nota invitar al lector a pensar lo que significó el gobierno del “El Restaurador” y su política exterior en la defensa de la soberanía nacional -cuya manifestación acontecimental fue la Batalla de Obligado el 20 de Noviembre de 1845-; desde una perspectiva Nacional Popular para de esta manera desnudar las críticas y el “entierro” que ha recibido por parte de la historiografía liberal, como así también las reivindicaciones conservadoras del rosismo ortodoxo.

El historiador Norberto Galasso en su obra “La larga lucha de los argentinos” nos presenta las diversas corrientes historiográficas que interpretan la historia argentina y el gobierno de Don Juan Manuel, de las cuales nos serviremos de la Historia Liberal, del Revisionismo Rosista y de la interpretación Federal/ Socialista, Provinciana o Nacional Popular.

La historiografía liberal con sus características –que comparte con las del Revisionismo Rosista más conservador- de una historia de héroes y villanos, biográfica, psicológica, que se apega a lo consciente e ignora lo inconsciente, cualitativa, con un lente ingenuo sobre la complejidad y la multidimensionalidad de la realidad, se encarga de construir un relato de Rosas como la del “Tirano Sangriento”, enemigo del progreso y de las letras, capaz de realizar cualquier “barbaridad” imaginable con aquél “salvaje unitario” que se le opusiese. Es notoria la parcial visión que ofrece ésta corriente historiográfica del período al que nos estamos refiriendo, ya que se limita a lo que políticamente le  es conveniente resaltar, y omite prácticamente referencia alguna a actos fuertemente tendientes a la independencia económica y la soberanía política como la Ley de Aduanas de 1835 o la mismísima Batalla de la Vuelta de Obligado. Por su parte el Revisionismo Rosista ortodoxo y conservador (compartiendo las características heurísticas y hermenéuticas que se nombraron anteriormente), no menos ingenuo en su narración que la historiografía liberal, se encarga de poner al Restaurador como único héroe nacional, ultracatólico, defensor del orden y de un pasado colonial glorioso –del cual los conservadores son nostálgicos- y deja el título “Enemigos de la Patria” para los opositores a Don Juan Manuel.

Desde una perspectiva global y colectiva-Federal Provinciana, Socialista o Nacional Popular- podemos interpretar de una forma superadora la visión tradicional de ambas historias (la liberal y la rosista ortodoxa) que se confunden con atribuir las causas a los agentes más aparentes, que busca consecuencias inmediatas y visibles, que resalta fechas, batallas, héroes y villanos, con una noción de temporalidad lineal y homogénea para de esta manera interpretar y analizar la política de Juan Manuel de Rosas como un nacionalismo limitado, que si bien resiste fuertemente la penetración política, cultural y económica de las potencias extranjeras (Gran Bretaña y Francia) y defiende la soberanía política fuertemente,  se niega en el orden interno a nacionalizar las rentas de la aduana del puerto de Buenos Aires monopolizando así los recursos político/económicos para limitar las condiciones de crecimiento y desarrollo a las provincias del interior.

¿Quién fue Juan Manuel de Rosas? ¿Por qué despierta amores y odios? ¿Cómo lo podemos pensar hoy?, son interrogantes que es menester que nos hagamos como ciudadanos para así pensar nuestra historia teniendo en cuenta que las enseñanzas de ésta son mandatos para el presente. Hoy nos tocó con Don Juan Manuel, mañana veremos….

“(…que los parió a los gringos…), (...navegar tantos mares venirse al cuete…)”   

Por Nico Loza

1 comentario:

PIOTTO! dijo...

NEGRO LOZA QUE VIVA EL COMUNISMO!!